Todos tenemos una misión y hay que ser valientes para aceptarla. Dios nos pide que compartamos nuestra vida con el de al lado, nuestro prójimo, incluso ahora desde nuestras casas a través de una pantalla.
Como Misión de Vida comprendemos a la perfección que la única forma de sortear estos nuevos obstáculos que se nos presentan es trabajando más unidos que nunca para servir a nuestra Iglesia en estos períodos de adversidad.
Por esta razón hemos querido impulsar estas misiones online, en las cuales todas las personas puedan participar de las formaciones, unirse en oración y misionar a las comunidades más necesitadas mediante plataformas digitales, recordando siempre que no hay Misión pequeña si el amor es grande.